La madre paró de repente al ver que su niño cerraba la puerta detrás de él. Ella corre y le pregunta, “¿Dónde vas?” Él responde, “Voy a la casa de Lucas, te pregunté si podía ir y me dijiste que sí” La madre lentamente vuelve a lo que está cocinanado, preguntándose en que minuto él le habló, porque ella no recuerda cuando pasó y que él le haya preguntado.
¿Ha experimentado usted esto? Ésto no solmanente pasa entre padres y niños pero también entre esposos, amigos y a personas en sus trabajos.
El poder de escuchar, es el estar dispuestos a escuchar no sólo con nuestra oreja (parte externa del oído) y el movimiento de nuestro cuerpo pero también con nuestro oído interno y todas nuestras facultades; estando presente y ofreciendo a aquellos a aquienes estamos escuchando toda nuestra atención y respeto. Sé que para muchos el mudarse a los Estados Unidos ha cambiado vuestra vida y ahora son responsables de muchas cosas que antes no tenían en su tierra nativa. El tiempo allá parecía más largo, había más tiempo para visitar a los amigos y parientes, algunos días eran tan largos que quizás hasta estabamos aburridos. Nadie estaba apurado, solamente unos pocos suertudos tenían trabajo y había mucho tiempo para escuchar y andar de visita.
Ahora, las cosas han cambiado, varios en su familia están trabajando y gente viene y va, el teléfono de su casa y el cellular a veces suenan al mismo tiempo. La TV puede estar prendida mientrás alguién en otro cuarto está escuchando música. El visitar a sus amigos y familiars es un lujo y ¿Quién tiene tiempo de jugar con los niños, ayudarles con su tarea, leerles o charlar con su esposo/a?
Hace ya tiempo que una enfermedad ha estado esparciéndose en nuestra sociedad y es “El escuchar ausente,” podríamos llamarle también “Escuchar sin darle importancia.”
¿Por qué cree que hay más personas ahora sufriendo de depresión? ¿Por qué cree que hay más jovenes metiéndose en problemas?
Hace algunos años atrás, había un círculo de personas llamadas familia y amigos que usaulmente servían como grupo de apoyo a los individuos, se juntaban frecuentemente, se conseguían consejos y estaban allí para escuchar ahora, son menos las personas que tienen ésto en sus vidas y el poder de escuchar con sus corazones y el ser escuchado está desapareciendo.
Podemos cambiar algunas cosas en nuestras vidas para darnos nuevamente y darles a aquelos que amamos el beneficio de “escuchar con nuestras mentes y almas.”
Las reglas para desarrollar y mantener el poder de escuchar son;
1) Reconocimiento. Cuando alguién le habla, pare lo que está haciendo, mírelo en sus ojos y hágale saber que está listo para escucharlo.
2) Evalúe la situación con respeto y amor. Es aquí donde puede evaluar lo que está haciendo y lo que su niño, esposo/a, amigo etc está tratando de decirle. Si usted está en medio de algo que necesita terminar inmediatamente, como por ejemplo el hacer la cena y no puede tomar media hora, en ese momento, para ayudar a su niño con su tarea dígale que tan pronto que ponga todas las verduras a cocinar usted le ayudará. En otra situación si alguíen le dice que su mascota ha sido atropeyada por un carro, usted dejará su sopa o guiso para que veer que es lo que pasó.
3) Ponga en su horario tiempo para escuchar y ser escuchado. Esto quizás suene un poquito extremo; ¿Cómo puedo poner en mi agenda tiempo para escuchar?. Tenemos veinte y cuatro horas en un día y site días por semana tenemos que hacer un esfuerzo para conectarnos con aquellos que ammamos, guardando algunos minutos cada día para conversar y saber que está pasando en sus vidas, si andan bien, si están preocupados o si necesitan algo
Usted también necesita tiempo para conectarse con aquellos que son importantes para usted, escucharlos y compartir lo que tiene en su corazón.
Si nos esforzamos en desarrollar este poder de escuchar, estaremos también rescatando el sentido de respeto que a veces parece que se está desapareciendo en nuestra sociedad.
El mejor punto de partido para el díalogo es el escuchar, hagámoslo. Tenemos tanto para compartir el uno con el otro.
Estoy al 513-0900 o al sleavitt
1) Acknowledge. When someone talks to you, stop what you are doing, look into his eyes and let him know that you are ready to listen.
2) Assess the situation with respect and love. It’s here you can put on a scale what you are doing and what your child, spouse or friend is trying to tell you. If you are in the middle of something that needs to be done immediately, like making dinner, and you can’t take a half an hour, right then, to help your child with his homework, tell him that as soon you put all the vegetables on to cook you will help him. In another situation, if someone told you that your pet had been hit by a car, you’d leave your soup or stew half done to go see what happened.
3) Schedule time to listen and be listened to. This may sound a little extreme — how can we schedule time to listen? We have 24 hours a day and seven days a week we have to make an effort to connect with those we love, saving a few minutes every day to converse and find out what happened in their lives that day, if they are doing well, if they are worried about something, if they need something.
You also need time in the week to connect with those you care about, to listen to them and also share what is in your heart. If we can develop this power of listening, we will also be rescuing the sense of respect that sometimes feels rather vain in our society. The best starting point of dialog is listening, let’s do it. We have so much to share with each other.
I’m at 513-0900 or at sleavitt@pcschools.us .